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EL PROBLEMA DE JERONIMO 

Cuento escrito en el 2014 por los chicos del colegio Claustro moderno

GRACIAS POR HABERME AYUDADO

Maria Gabriela Quesada 

Cuarto a , 2014

Colegio Claustro moderno 

CUENTOS REALISTAS

ENTRE AMIGOS

Claustro Moderno  - Bogotá , Colombia

Edgar Felipe de cuarto grado nos envió un cuento que los chicos de la escuela Benito Quinquela convirtieron en un lindo libro digital. 

 

http://www.storyjumper.com/book/index/16962152/544a5af64a7a0

EL NIÑO EN EL MAR

Juana M

Cuarto A. 

Colegio claustro moderno

LA NIÑA DE LAS ZAPATILLAS ROTAS

 

Autora: Julieta – 4º A – Escuela Nº 3 DE 4

 

Una tarde de lluvia, Julián y Antonella estaban jugando en su casa, su mamá los llamo para que fueran a hacer un mandado. Cerca del quiosco vieron a una nena muy pobre, con sus zapatillas rotas y viejas, los dedos de sus pies se veían por los agujeros de su calzado.

Antonella, que solo tenía 5 años, fue corriendo hasta su casa y trajo un par de zapatos que eran de ella y se los dio a la niña. Al llegar a la casa, el hermano le contó lo ocurrido a su mamá quien quedó sorprendida y conmovida por la actitud de su hija, decidió averiguar dónde vivía la niña, para ayudarla. Le donaron juguetes y ropa para ella y sus hermanitos.

Hasta el día de hoy Antonella es amiga de aquella niña.

ESCUELA Nº 3 DE4 - 5º A
MI FELICITAS

 

Habia una vez un chico llamado Juan y siempre iba a la plaza Colombia.

Un dia se le cayo el pañuelo, cuando lo levantó, vio a una chica que tenía una cara palida, con vestido rosado. Cuando guardaba el pañuelo la chica desapareció.

Al día siguiente, Juan fue de noche a la plaza, estaba la chica sentada llorando en un banco. El se sentó al lado y le dijo que si podía ser su novia. Felicitas le dijo que no, porque cuando el la besara la traspasaría, ya que ella era un fantasma.

Juan se levantó y se fue llorando.

El chico murió de tristeza y para recordarlo los padres hicieron una estatua al lado de la estatua de Felicita.

Cuidar lo que es de todos

ESCUELA Nº 3 D.E. 4

 

Había una vez un parque, lleno de flores y pájaros de todos los colores, se respiraba aire puro y limpio. Todas las tardes se sentía una suave brisa y el hermoso cantar de los pájaros. El sol iluminaba el lugar con sus rayos, llenando los días de alegría.

Juan y Lucía vivían desde siempre en esa ciudad, les encantaba ir al parque y disfrutar de la paz del lugar.

Al cabo de un tiempo se empezó a poblar alrededor del parque, llegaron nuevos vecinos que se acercaban a pasar la tarde con sus hijos. Pero el lugar fue cambiando, los nuevos habitantes comenzaron a ensuciar, tiraban basura por todos lados y los niños se divertían pisoteando las flores  y cazando pajaritos con la gomera. Poco a poco se fue convirtiendo en un lugar triste y sin vida.

Juan y Lucía  estaban muy dolidos y enojados por lo que estaba ocurriendo, ellos amaban ese parque  en el cual vivieron los momentos más felices cuando eran niños y  decidieron  hacer una reunión para mostrarles a los demás cómo las flores estaban marchitas y secas, los pájaros sin ánimo de cantar por la amargura de estar encerrados.

Las personas se sintieron muy avergonzadas por su comportamiento y prometieron ayudar para que todo volviera a ser como antes. Juntaron la basura y la pusieron en los tachos, los niños soltaron a los pajaritos y se turnaban para regar las plantas todos los días.

Gracias a que todos colaboraron y tomaron conciencia de que deben de cuidar aquello que es de todos, en breve el lugar volvió a renacer lleno de vida y color, para que nuevas personas puedan en el futuro seguir disfrutando de este hermoso sitio.

ESCUELA Nº 3 DE 4

Elisa, esperando la llegada de Francisco

Federico y Maxi 5º A

 

Había una persona llamada Matias, era un bicicletero. Tenía su propia tienda de bicicletas frente al río, en el barrio de La Boca.

Una noche cerro su local y vio a una chica de vestido blanco. Se dio vuelta, agarró su bicicleta y se fue a su casa.

Al día siguiente se levantó y se fue para su trabajo.

Estaba llendo a su trabajo y se le rompió la bicicleta, cuando de repente se le apareció Elisa.

El preguntó.

– Por que paseas, con cara de tristeza, sobre la ribera del río.

Ella respondió.

– Todavía espero la llegada de mi amor, Francisco.

Matías terminó de arreglar la bici y siguío el viaje..

 

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